La forma en que las redes son
usadas ha estado cambiando y han afectado la forma de trabajo, incluso a los
académicos. El antiguo modelo de una gran computadora, centralizada, ya es cosa
del pasado. Ahora la mayoría de las instalaciones tienen diferentes tipos de
computadoras, desde computadoras personales y estaciones de trabajo, a súper
computadoras. Las computadoras, por lo general, están configuradas para
realizar tareas particulares. Aunque la gente suele trabajar con una
computadora específica, las computadoras pueden llamar a otros sistemas en la
red para servicios especializados. Esto ha dado origen al modelo de servicios
de red "SERVIDOR-CLIENTE". El servidor y el cliente no tienen,
necesariamente, que estar en distintas computadoras, podrían usar distintos
programas en la misma computadora.
El trabajo a distancia entre
instituciones y personas muy diversas, separadas geográficamente como es el
caso de CLACSO, ha recibido un gran impulso gracias a la introducción del fax y
del correo electrónico. Ello está acelerando el ritmo del intercambio a tal
punto que podemos plantearnos acciones concretas e investigaciones de todo tipo
coordinadas a distancia. Tal como lo señalo A. Toffler: "lo que está
cambiando el equilibrio del poder en el mundo es la combinación de nuevas
tecnologías de comunicación cada vez más accesibles (computadoras, teléfonos,
módems, satélites), que se traducen en auténticas "autopistas
electrónicas".
Las nuevas tecnologías permiten
trabajar sin salir de nuestras casas. El tele trabajo ha dejado de ser un mito
lejano. Ocho millones de tele-trabajadores europeos y veinticinco en Estados
Unidos son los primeros tecnomadas del ciberespacio. No importa el lugar de
residencia, los tecnomadas asumen su condición de pioneros. Las
telecomunicaciones les permiten adquirir el don de la ubicuidad.
La revolución de la tele trabajo
no ha hecho más que empezar, como muy bien sugiere Dennis Ettinghoffer en su
libro La empresa virtual: "El hombre contemporáneo entra en el siglo XXI
con la perspectiva de ver como se modifica su relación con las cosas, con su
trabajo, con su empresa y con los otros. Está en curso una formidable mutación
en nuestra evolución". Recientes estudios confirman que la computadora
modifica el lenguaje de las personas que lo emplean en su actividad productiva,
"delante del monitor, la gente tiende a ser más desinhibida y
espontánea", dice Lee Sproul, profesora de sociología de la Universidad de
Boston.
No cabe duda de que la autonomía
que ofrece esta nueva forma de trabajo podría servir para mejorar las
relaciones familiares, ampliar el tiempo libre, cuidar mejor la imagen
individual y, sobre todo, mejorar la productividad al racionalizar el trabajo.
Además, es una forma mucho más ecológica de dedicarse al trabajo cotidiano.
Sin embargo, también cuenta con
sus desventajas: no es demasiado económico comprarse una computadora, un modem
y un fax. Por otra parte, se sufre una mayor tendencia al aislamiento y una
menor integración en la empresa, lo que redunda en la dificultad de controlar
el trabajo. Pero la posibilidad de trabajar en la propia casa, sin largos
desplazamientos o madrugones, como vaticinaba Toffler en su obra La tercera
ola, parece bastante tentadora. Además, ya esta a la vuelta de la esquina.
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